Al, agua, copal y veladoras son algunos de los ingredientes principales
que han estado presentes en las ofrendas de muertos desde la época
prehispánica, indicó María Teresa Ortiz, administradora del Museo
Arqueológico de Xochimilco.
En su ponencia "El origen de la ofrenda según la filosofía náhuatl", que
ofreció hoy en el Centro Cultural Ollín Yoliztli, la especialista
explicó que con base en estudios de los historiadores Alfredo López
Austin y Miguel León Portilla, en los entierros, los indígenas colocaban
vasijas, dioses y elementos para que los muertos llegaran a un lugar
determinado, que llamaban regiones de la muerte.
Recordó que durante la época prehispánica no se manejó el infierno,
habían regiones de la muerte, inframundos y cielos, sin embargo, para
poder llegar a estos estadios, necesitan elementos como la sal, el agua y
el copal.
Indicó que al llegar los españoles a México y conocer estos rituales de
los indígenas, que no comprendían, modificaron la tradición al
obligarlos a realizar estos ritos en sus casas y de manera individual,
fue así como nació la ofrenda.
Agregó que estas costumbres, que se llevaban a cabo por creencias de los
grupos étnicos para sus difuntos, apuntaban que sólo tenían cuatro años
para llegar al lugar que merecían, ya que este lapso de tiempo es el
que tarda en descomponer el cuerpo humano.
Para ellos, el inframundo o proceso de descomposición que concluye
cuando se llega a los huesos, es la etapa en la que el cuerpo se
encuentra purificado y listo para llegar a su destino final.
La investigadora dijo que el primer cambio que tiene el rito de muertos
es que se coloque en las casas de manera individual y durante una fecha
determinada.
“Cuando entrerraban a sus difuntos se les ponían estos elementos dentro
de su tumba durante tres años más, se colocaban en su casa y nunca más
se volvía a repetir esa tradición porque ya había llegado al lugar que
le correspondía", señaló.
Sin embargo, al llegar los españoles a México y aunque no aceptaban este
rito, sí celebran el Día de los Santos Difuntos el 1 de noviembre de
cada año, por ello, se tomó como referencia dicho día y le impusieron a
los indígenas únicamente ese día para realizar su tradición debido a que
aseguraban que el culto a la muerte no era correcto.
Con el tiempo, dijo María Teresa Ortiz, la ofrenda se fue modificando en
sus elementos debido a que no en todas las regiones del país hay lo
mismo, muestra de ello, es que en el altiplano hay chilacayotes, pero en
el norte no; en algunos lugares se coloca tamal de frijol y en otros
zacahuil, como en Veracruz, pero al final todos los elementos
representan lo mismo.
Finalmente, destacó que para estos días de muertos el Museo Arqueológico
de Xochimilco cuenta con cuatro exposiciones: "El origen de la
ofrenda", "La muerte niña", "Una ofrenda de niños del Limbo" y una
colección de fotografías de diferentes ofrendas y altares.
Esta tradicion se a llevado a cabo año tras año y todo los mexicanos la selebramos de una u otra manera para festejar a nuestros difuntos y convivir con nuestra familia.
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